domingo, 15 de agosto de 2010

Ingeborg Bachmann: Hablar desde el silencio / Nota preliminar y versiones de Irene M. Weiss


Texto resumido. El artículo completo se encuentra disponible en la edición impresa.

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Lo explicado hasta aquí pretende ser una introducción a los textos que siguen. El primero es una página autobiográfica escrita por Bachmann a los 26 años, en la que aparecen in nuce los temas que acabo de tocar, incluido el de la dimensión histórica, presente en la última frase del texto. Las versiones traducen poemas de distintos ciclos de su obra en los que toman forma algunas claves de sus topografías poéticas. La selección de piezas de “Cantos en la huida” permite acceder al modo en que la poesía en Bachmann abre el diálogo con la tradición: los primeros poemas reconvierten a una melodía individual la oposición hielo-fuego, distintiva de la poesía de Petrarca; el VII es un nuevo acercamiento a la virtud epifánica del cuerpo; el último vuelve a modular la relación entre tiempo, muerte y canto.
Traducir es siempre optar, más aún en el caso de Bachmann, que juega con distintos niveles del lenguaje, con locuciones proverbiales a las que resemantiza, con los diversos sentidos que encierra una palabra o una expresión. Al optar, el traductor muchas veces deja sin iluminar una de las caras de la palabra, con lo que queda en sombra u opacada una parte de la figura original. Pero algo perdura, inclusive algo de la luz perdida, en un reflejo o en un brillo pasajero que a pesar de todo transporta el texto en la nueva lengua.



Ingeborg Bachman: Apuntes biográficos (1952)

Pasé mi juventud en Carintia, en el sur, cerca de la frontera, en un valle que tiene dos nombres, uno alemán y otro esloveno. Y la casa, en la que desde hacía años vivían mis antepasados – austríacos y eslovenos –, lleva hasta hoy un nombre que suena extranjero. Así es que cerca de la frontera hay una frontera más: la frontera del idioma. Y yo me sentía en casa en uno y otro lado, con las historias de los buenos y malos espíritus de dos y tres países; porque detrás de la montaña, a una hora de distancia, está ya Italia.
Creo que la estrechez del valle y la conciencia de la frontera imprimieron en mí la nostalgia. Cuando terminó la guerra, me fui y llegué llena de impaciencia y de expectativas a Viena, que yo me imaginaba inalcanzable. Viena se transformó en otra patria en la frontera: entre el este y el oeste, entre un grandioso pasado y un porvenir oscuro. Y aunque más tarde llegué a París y a Londres, a Alemania e Italia, significa esto poco, porque en mi recuerdo el camino desde el valle hasta Viena será siempre el más largo.
A veces me preguntan cómo llegué a la literatura, habiéndome criado en el campo. No sé decirlo con exactitud; sólo sé que empecé a escribir a una edad en la que los chicos leen los cuentos de Grimm, que me gustaba estarme junto al terraplén de la vía dejando vagar mis pensamientos por ciudades y países extraños hasta llegar al mar desconocido, que en algún lugar une la esfera terrestre con la celeste. Siempre soñaba con mares, arena y barcos, pero después vino la guerra, y empujó por delante de este fantástico mundo de ensoñaciones el real, en el que hay que tomar decisiones, no soñar.
Más tarde sucedió mucho de lo que uno apenas se atreve a desear: estudio universitario, viajes, colaboración en revistas y periódicos y más tarde el trabajo fijo en la radio. Estaciones corrientes de una vida, intercambiables y atribuibles a una persona u a otra; pero la vida misma no toma su fundamento en lo mediable o mediado.
Queda la pregunta por las influencias y los modelos, por el clima literario al que uno siente que pertenece. Durante algunos años leí mucho; de entre los nuevos, los que más me gustaban eran quizás Gide, Valéry, Eluard y Yeats, y puede ser que haya aprendido algo de ellos. Pero en el fondo sigue dominando en mí el rico mundo de representaciones míticas de mi patria, una parte de Austria que apenas se ha hecho realidad, un mundo en el que se hablan muchas lenguas y por donde corren muchas fronteras.
Escribir poesías me parece lo más difícil, porque exige resolver al mismo tiempo los problemas de lo formal, del tema y del vocabulario, porque debe obedecer al ritmo de la época, pero poniendo sin embargo en la abundancia de cosas viejas y nuevas un orden que siga a nuestro corazón, donde están escritos el pasado, el presente y el futuro.

Versiones

De: El tiempo postergado (Die gestundete Zeit) (1953)

La gran carga

La carga del verano ya estibada,
la embarcación del sol pronta en el puerto,
cuando a tu espalda grita la gaviota.
La carga del verano ya estibada.

La embarcación del sol pronta en el puerto,
y en los labios del mascarón de proa
la sonrisa del lémur no se vela.
La embarcación del sol pronta en el puerto.

Cuando a tu espalda grita la gaviota,
desde el oeste ordenan hundimiento;
te ahogas en la luz con los ojos abiertos,
cuando a tu espalda grita la gaviota.

(Die große Fracht // Die große Fracht des Sommers ist verladen,/ das Sonnenschiff im Hafen liegt bereit,/wenn hinter dir die Möwe stürzt und schreit./ Die große Fracht des Sommers ist verladen.// Das Sonnenschiff im Hafen liegt bereit,/und auf die Lippen der Galionsfiguren/tritt unverhüllt das Lächeln der Lemuren./Das Sonnenschiff im Hafen liegt bereit.// Wenn hinter dir die Möwe stürzt und schreit,/kommt aus dem Westen der Befehl zu sinken;/doch offnen Augs wirst du im Licht ertrinken,/ wenn hinter dir die Möwe stürzt und schreit.)

De: Poesías 1957-1961 (Gedichte 1957-1961)

Corriente
Viví tanto y tan cerca de la muerte
que con nadie lo puedo compartir,
hoy me arranco mi parte de la tierra;

al mar en calma le clavé mi estaca
verde en el corazón; cargo conmigo.

¡Se alzan aves de estaño y aroma de canela!
Con mi tiempo asesino estoy a solas.
Nos tornamos crisálida en embriaguez y azules.

(Strömung // So weit im Leben und so nah am Tod,/dass ich mit niemand darum rechten kann,/ reiß ich mir von der Erde meinen Teil;//dem stillen Ozean stoß ich den grünen Keil/mitten ins Herz und schwemm mich selber an.//Zinnvögel steigen auf und Zimtgeruch!/Mit meinem Mörder Zeit bin ich allein./In Rausch und Bläue puppen wir uns ein.)

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1 comentarios:

A las 1 de octubre de 2010, 15:24 , Anonymous Anónimo ha dicho...

ingeborg es una de mis poetas favoritas!!!
gracias!!
yolanda

 

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